© Daniel Ferreira Fernández
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Alcañices: donde se trazó la frontera más antigua de Europa

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Este texto ha sido traducido al Español desde el idioma original English.

En muchos de mis artículos anteriores he escrito sobre La Raya, la línea que separa España de Portugal a lo largo de 1200 km, la frontera más antigua de Europa. Se trazó en 1297, en un lugar llamado Alcañices, en la provincia de Zamora, en Castilla y León. Era muy necesaria: Portugal se había convertido en un país independiente en 1143, y las luchas y guerras por los territorios fronterizos habían llegado demasiado lejos. Así que se eligió Alcañices, un pueblo a pocos kilómetros de Portugal, para definir definitivamente las fronteras. Así es como Campo Maior acabó siendo portugués. Esta línea se ha respetado durante siglos, salvo en el caso de Olivenza, que acabó siendo española. Por tanto, el tratado de Alcañices fijó la frontera más antigua de Europa.

Un poco de historia

Ahora bien, ¿por qué eligieron Alcañices? El origen del pueblo no es seguro. Lleva un nombre árabe, pero los restos de esta cultura sólo existen en el folclore. Sin embargo, en 1204 una fortaleza con este nombre fue entregada a los templarios, y menos de un siglo después, dos monarcas se reunieron allí para firmar un tratado internacional. Uno era Dinis, rey de Portugal, y el otro, María de Molina, en nombre de su hijo, rey de Castilla. Por tanto, Alcañices debió de tener una importancia mayor de la que conocemos.

© Álvaro Poyo Gago
© Álvaro Poyo Gago

El fin de los Templarios

Todos sabemos lo que pasó con los templarios en todas partes. Fueron perseguidos, torturados y asesinados. El Gran Maestre de Alcañices lo sabía y, cuando fue citado para el juicio, se negó a ir. El tribunal le garantizó a él y a sus caballeros una justicia imparcial, y así se presentaron. Felizmente para ellos, el tribunal cumplió su palabra, y fueron declarados inocentes y libres. De esta época, todavía se pueden ver en el pueblo algunas partes de la fortaleza templaria: cuatro "cubos", robustas torres redondas hechas de fuerte piedra. Están dentro del pueblo, alrededor de la colina sobre la que se construyó la fortaleza. Se pueden encontrar aquí y allá mientras se recorren las calles de Alcañices. La más destacada es la Torre del Reloj, que se mantiene en pie desde hace casi nueve siglos.

Clock Tower, Alcañices
Clock Tower, Alcañices
Calle del Reloj, 1, 49500 Alcañices, Zamora, España
© Álvaro Poyo Gago
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También de la época de los templarios es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Su arquitectura es compleja: se construyó en estilo románico, del que conserva algunos restos, pero ha recibido varias obras a lo largo de los años. Cuenta con tres interesantes retablos, muy recomendables de visitar.

© Álvaro Poyo Gago
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La ciudad

Al estar en la frontera, Alcañices ha sufrido muchas guerras. No hay rastro de las grandes casas de la época templaria, y la otrora gran fortaleza se ha reducido a cuatro torres. Pero, al recorrer sus calles, aún se puede sentir su pasada grandeza. Esté atento a la arquitectura local, bastante singular, que combina madera y piedra.

Church Nuestra Señora de Asunción, Alcañices
Church Nuestra Señora de Asunción, Alcañices
C. de la Iglesia, 12, 49500 Alcañices, Zamora, Spain

En el siglo XVI, Alcañices pasó a manos de una familia de marqueses, que la embellecieron mucho. Su magnífica casa se alza orgullosa en el centro de la localidad, inmune al paso del tiempo. De esta época es el castillo de la localidad, cuyas ruinas aún son visibles.

© Álvaro Poyo Gago
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Además, hay un monasterio franciscano. ¿Por qué franciscano? Bueno, se dice que el santo que fundó esta orden, San Francisco de Asís, pasó una noche en Alcañices mientras iba de camino a Santiago de Compostela. La antigua ruta que lleva hasta allí, la Vía de la Plata, atraviesa la localidad. Hoy en día, existe un albergue oficial para peregrinos en Alcañices.

© Álvaro Poyo Gago
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Un pueblo lleno de fuentes

El visitante puede encontrar hasta seis fuentes en Alcañices. Incluso hay una ruta que se puede hacer a pie para visitarlas todas. Son muy diferentes unas de otras. Algunas eran utilizadas por los lugareños para lavar su ropa. Es recomendable visitarlas, sobre todo en verano.

© Álvaro Poyo Gago
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Cuando estés en Alcañices, piérdete por sus calles y déjate sorprender por las joyas que encontrarás en tu camino. No te las esperas: una torre templaria que domina una dehesa o una casa de vecinos, un enorme monasterio en medio de la villa, un palacio que muestra la riqueza de la familia noble de Alcañices... Pasea por ella y descubrirás la grandeza pasada de Alcañices, la villa donde se firmó el tratado que trazó la frontera más antigua de Europa.

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El autor

Sara Rodriguez Romo

Sara Rodriguez Romo

Vivo entre Salamanca, en España, y Marvão, en Portugal. Viajero apasionado, he visitado más de 30 países en cuatro continentes. Actualmente estoy haciendo un doctorado en mitología griega y trabajando con caballos, haciendo paseos en la naturaleza.

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