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En la ladera oeste de la montaña Subasio, rodeada por las colinas bajas típicas de esta parte de Italia, se levanta la ciudad de Asís. Esta ciudad de estilo medieval ha ganado fama mundial gracias a su ciudadano más famoso, San Francisco, y a la orden religiosa creada por él. A lo largo de los siglos, la importancia de la orden y, por lo tanto, de la ciudad, se incrementó dramáticamente, aportando una riqueza muy significativa; es gracias a estos dos factores que Asís se convirtió en un punto focal del desarrollo del arte y la arquitectura italiana y europea.
Sin duda alguna, las dos Basílicas, construidas una encima de la otra, así llamadas Superiores e Inferiores, son las imágenes más representativas de la ciudad. En el interior de la Basílica Superior se encuentra una serie de frescos del pintor renacentista Giotto que representan la vida del Santo, y otras brillantes obras de algunos de los más importantes artistas italianos de la época como Cimabue y Lorenzetti. La Basílica Inferior también contiene pinturas excepcionales y notables diseños de arquitectura gótico-romana. Debajo de la Basílica se construyó una pequeña cripta para albergar el cuerpo del Santo.
Las obras maestras de Asís, sin embargo, no sólo están relacionadas con San Francisco. El templo de Minerva es, por ejemplo, una sorprendente pieza arquitectónica romana perfectamente conservada que impresionará tanto al visitante como a la Basílica. La fachada del templo está situada en un lateral de la plaza central de la ciudad, que a su vez es un bello lugar. La fuente de tres millones de personas, el edificio del ayuntamiento y la "Torre de la Gente" completan la plaza, convirtiéndola en una de las más fascinantes de Italia.
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El autor
Federico Spadoni
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