Iglesia rupestre de Kadjenica, un triste monumento a la libertad del pueblo serbio

Cuando cientos de valientes combatientes serbios decidieron enfrentarse a sus opresores otomanos en 1814, probablemente no podían imaginar que una cueva inexplorada cercana se convertiría en un hogar eterno para sus familias.

Cerca del pueblo de Cacak, al oeste de Serbia, se encuentra un auténtico monumento histórico, una cueva quemada, que fue convertida en iglesia para inmortalizar una valiente lucha de los lugareños por el control de sus vidas, su tierra y su libertad. La peculiar iglesia rupestre se llama "Kadjenica", que significa "la iglesia ahumada" y sirve como un recordatorio espiritual de la larga historia y un triste monumento a la libertad del pueblo serbio.

A principios del siglo XIX, los serbios estaban bajo la opresión otomana, pero orgullosos como están, intentaron derrocar a los gobernantes tiranos y restablecer la soberanía del estado serbio y su plena libertad de los turcos. La iglesia rupestre de Kadjenica es testigo de los desafortunados acontecimientos que tuvieron lugar durante uno de los levantamientos llamados Hadzi-Prodanova buna en 1814. Después del prometedor comienzo, el levantamiento fue rápidamente reprimido, pero los opresores querían castigar a los rebeldes e inculcarles el miedo a su gobierno, haciendo que el resto de la gente fuera más propensa a comportarse de manera afligida. Como fue a menudo el caso en la historia, consideraron el terror como la mejor manera de hacer que la gente se comporte y escuche.

Cave church Kadjenica

V5VQ+CV Dučalovići, Serbia

En una de las aldeas donde se arraigó el levantamiento, más de 100 personas que no pudieron luchar, en su mayoría mujeres con niños y ancianos, optaron por esconderse en las profundidades de la cueva en lugar de enfrentarse a los enemigos y esperar a que éstos pasaran. Fueron los llantos de los niños los que revelaron el escondite, o los agudos y vengativos ojos y oídos otomanos, pero pronto descubrieron el grupo escondido y recogieron heno y ramas secas, bloqueando la única entrada a la cueva y prendiendo fuego a la pila.

El desafortunado grupo se asfixió por el humo, y los soldados otomanos esperaron durante horas, impidiendo que la gente de la cueva escapara. Los restos de las víctimas permanecieron intactos durante más de 120 años, cubiertos de polvo y cenizas. En el año 1936, un obispo encargado de la región occidental de Serbia, Nikolaj Velimirovic, animó a los lugareños a visitar la cueva y enterrar los restos en dos sarcófagos de piedra e instalar un modesto altar en el centro. Poco después, antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades locales despejaron el camino hacia la cueva y colocaron una cruz de 50 metros de altura en la entrada para marcar el lugar sagrado y hacerlo reconocible desde lejos.

Hoy en día, la iglesia es fácilmente accesible a través de una ruta de senderismo fácil, en un agradable paseo por el río, a través del viejo puente ferroviario y la naturaleza relajante. La iglesia rupestre de Kadjenica es un lugar muy tranquilo, un triste monumento a la libertad del pueblo serbio, lo que hace que todos los serbios se sientan orgullosos y todos los turistas agradecidos por haber descubierto un lugar tan único e importante lección de historia.

Fotos de Perisic Boro en bjbikers.com