© Sara Rodríguez Romo
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Granadilla, un pueblo congelado en el tiempo en los años 50

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Este texto ha sido traducido al Español desde el idioma original English.

El norte de Extremadura es una tierra llena de historia. Algunos lugares han resistido valientemente el paso del tiempo, como Hervás, o se han recuperado en el tiempo, como Cáparra. Junto con un paisaje asombroso, regado por arroyos y piscinas naturales, es una zona ideal para que el viajero se detenga. Sin embargo, aún no hemos mencionado uno de los lugares más sorprendentes de esta región: Granadilla. No hay muchas ciudades como ésta. ¿Por qué? Porque en los años 50, Franco, el dictador de España, decidió que construiría allí un embalse. Sin embargo, los ingenieros no calcularon bien y el agua nunca llegó a cubrir la ciudad. Pero a los habitantes nunca se les permitió volver a sus casas. Por tanto, ésta es la historia de Granadilla, un pueblo congelado en el tiempo en los años 50.

Un poco de historia

© Sara Rodríguez Romo
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Granadilla fue un gran pueblo desde sus inicios. Fue fundada por los árabes junto a la Vía de la Plata, que une el norte y el sur de España desde la época romana. Construyeron una robusta muralla que ha llegado hasta nuestros días (una de las pocas de España que lo ha conseguido, después de todas las guerras). Luego fue conquistada por los cristianos y convertida en villa, con muchos derechos. Entonces se llamaba Granada, pero con el tiempo pasó a llamarse Granadilla, "pequeña Granada", para distinguirla de la Granada andaluza. Aunque no era tan grande, llegó a ser tan importante que acabó perteneciendo a la Casa de Alba (a día de hoy, están en la línea de sucesión al trono inglés). Esta familia construyó la fortaleza de la entrada con una forma muy original. Desde su cima, el visitante tiene una gran vista de la Extremadura salvaje.

Castle of Granadilla, Granadilla
Castle of Granadilla, Granadilla
10710 Granadilla, Cáceres, Espagne

Granadilla está abandonada

© Sara Rodríguez Romo
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En los años 50, Franco decidió revitalizar las zonas rurales de España excavando montones de embalses. No importaba que cubrieran ciudades como Granadilla o yacimientos antiguos como Valdecañas. Y así, los habitantes de Granadilla se vieron obligados a dejar sus casas, su iglesia, sus seres queridos enterrados, y marcharse a una nueva ciudad que se estaba construyendo en las cercanías. Sin embargo, cuando se liberó el agua, se dieron cuenta de que las aguas se quedaban bastante lejos del pueblo, así que pidieron volver. Hasta hoy no entiendo por qué Franco se negó. Se les prohibió hacerlo. Todavía lo están; sólo se les permite volver en la fiesta local del 15 de agosto, cuando pueden asistir a la misa en su antigua iglesia, y el 1 de noviembre, cuando la gente visita a sus seres queridos en el cementerio.

Church of Asunción, Granadilla
Church of Asunción, Granadilla
Plaza de la Iglesia, 1, 10710 Granadilla, Cáceres, Espagne

Recuperación de la Granadilla

Esta situación se volvió ridícula con el tiempo. Las casas se caían a pedazos, la iglesia estaba a punto de derrumbarse. Entonces, la Junta de Extremadura decidió actuar. Cada verano, grupos de voluntarios venían a trabajar para renovar las casas. No se les permitía cambiar la estructura, por lo que el pueblo tiene un aire de película antigua de los años 50. He viajado por todo el mundo, pero este pueblo me impresionó mucho: Nunca había visto nada igual. Lo ideal es ir al final de la tarde para coger el sol que se esconde tras el embalse. Después, alguien tocará la campana, anunciando que las puertas del pueblo se cierran por la noche. Durante el día, el pueblo está lleno de vida, con visitantes como pequeñas hormigas deambulando por las calles. Verá casas de colores con su corral, podrá recorrer la larga muralla (de casi un kilómetro de longitud), o subir hasta la torre principal. Desde allí, podrá admirar la vista de todo el pueblo por un lado y, por el otro, la cadena de montañas que bloquean el camino hacia Salamanca.

© Sara Rodríguez Romo
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Un consejo: no hay ningún tipo de bar, así que lleva todo lo que necesites. Al fin y al cabo, estás en Granadilla, un pueblo congelado en el tiempo en los años 50...

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El autor

Sara Rodriguez Romo

Sara Rodriguez Romo

Vivo entre Salamanca, en España, y Marvão, en Portugal. Viajero apasionado, he visitado más de 30 países en cuatro continentes. Actualmente estoy haciendo un doctorado en mitología griega y trabajando con caballos, haciendo paseos en la naturaleza.

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