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Si te encuentras paseando por las vibrantes calles de Roma, asegúrate de visitar el Obelisco Esquilino, una joya escondida escondida en el corazón de la ciudad. Este antiguo monumento, erguido en la Piazza Esquilino, tiene una rica historia y un significado arquitectónico que lo dejará asombrado.
El Obelisco Esquilino es uno de los trece obeliscos antiguos de Roma y sus orígenes están envueltos en un misterio. Si bien carece de inscripciones que puedan proporcionar una fecha definitiva, los historiadores especulan que pudo haber sido creado durante la época de Domiciano, imitando los icónicos obeliscos egipcios. Alternativamente, podría haber sido transportado desde Egipto y erigido en Roma durante el siglo IV a.C.
Durante el pontificado del Papa Sixto V, se puso en marcha un gran plan para erigir un obelisco frente a cada basílica de Roma, simbolizando la victoria del cristianismo sobre el paganismo. El Obelisco Esquilino fue elegido como uno de estos monumentos y fue colocado en su ubicación actual en 1587. El proyecto fue dirigido por el renombrado arquitecto Domenico Fontana, junto con su hermano Marsilio y su sobrino Carlo Maderno.
Con una impresionante altura de 14,75 metros, el Obelisco Esquilino es un ejemplo notable de imitación romana de originales egipcios. Su base y cruz elevan su altura total a 25,53 metros, lo que la convierte en un elemento destacado de la Piazza Esquilino. El obelisco fue descubierto en Via San Rocco, pero lamentablemente se encontró roto en varios pedazos. A pesar de esto, su grandeza y significado histórico permanecen intactos.
Mientras visita el Obelisco Esquilino, aproveche la oportunidad para explorar los alrededores. Justo detrás del obelisco se encuentra la magnífica Basílica de Santa María la Mayor, un impresionante ejemplo de arquitectura románica. Entra para admirar sus intrincados mosaicos y su ornamentado interior.
Si tiene ganas de ir de compras, diríjase al cercano Mercato Esquilino, un animado mercado donde podrá encontrar una variedad de productos frescos, delicias locales y recuerdos únicos. Sumérgete en la vibrante atmósfera y deléitate con los sabores de Roma.
El Obelisco de Esquilino se puede visitar durante todo el año y su ubicación en la Piazza Esquilino garantiza un fácil acceso para los turistas. Sin embargo, para apreciar verdaderamente su belleza y significado histórico, considere visitarlo temprano en la mañana o al final de la tarde, cuando hay menos gente, lo que le permitirá disfrutar de la grandeza del monumento en paz.
Mientras explora las encantadoras calles de Roma, asegúrese de incluir una visita al Obelisco Esquilino en su itinerario. Maravíllate ante sus antiguos orígenes, admira su esplendor arquitectónico y sumérgete en la rica historia que rodea esta maravilla romana.
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