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Città del Vaticano, el estado independiente más pequeño del mundo, alberga algunas de las obras de arte más notables. Una de esas obras maestras es la Piedad, una reconocida escultura creada por el legendario artista Miguel Ángel Buonarroti. Ubicada en la Basílica de San Pedro, esta exquisita obra de arte renacentista es una visita obligada para cualquier entusiasta del arte o viajero que visite la Ciudad del Vaticano.
La Piedad, terminada entre 1497 y 1499, se considera la primera obra maestra de Miguel Ángel. Con poco más de veinte años, el artista elaboró una escultura que se convertiría en una de las mayores obras de arte de la historia occidental. Lo que distingue a esta pieza es su fusión de belleza clásica y naturalismo, un sello distintivo de la época del Renacimiento.
La Piedad, encargada por el cardenal francés Jean de Bilhères, estaba originalmente destinada al monumento funerario del cardenal. Sin embargo, encontró su hogar permanente en la primera capilla a la derecha al entrar en la Basílica de San Pedro en el siglo XVIII. Esta escultura tiene un inmenso significado histórico ya que es la única pieza firmada por Miguel Ángel, con su nombre inscrito en la banda que cruza el pecho de la Virgen María.
La Piedad representa el cuerpo de Jesucristo acostado en el regazo de su afligida madre, María, después de la Crucifixión. Este tema, popular en el norte de Europa en aquella época, fue llevado a Italia por Miguel Ángel. Su interpretación de la Piedad no tiene paralelo en la escultura italiana, capturando el profundo dolor y la ternura de la escena.
Al entrar en la Basílica de San Pedro, la Piedad se encuentra en la primera capilla a la derecha. La escultura está realizada en mármol de Carrara, conocido por su excepcional calidad y pureza. Su ubicación dentro de la capilla permite a los visitantes apreciar la obra de arte de cerca, maravillándose con los intrincados detalles y la profundidad emocional transmitida por las hábiles manos de Miguel Ángel.
La Basílica de San Pedro está abierta a los visitantes durante todo el año, pero es importante tener en cuenta que la Piedad es una atracción muy popular. Para evitar grandes aglomeraciones, es mejor visitarlo temprano en la mañana o entre semana. Esto le dará tiempo suficiente para admirar la Piedad y explorar otras magníficas obras de arte y maravillas arquitectónicas dentro de la basílica.
A lo largo de los siglos, la Piedad ha sufrido varias reubicaciones y restauraciones. En 1972 sufrió daños cuando un individuo perturbado atacó la escultura con un martillo. Afortunadamente, hábiles artesanos pudieron restaurar la obra maestra, asegurando su preservación para que las generaciones futuras la aprecien y admiren.
Visitar la Piedad en Città del Vaticano es una experiencia impresionante que te permite presenciar de primera mano el genio de Miguel Ángel. La combinación de su importancia histórica, belleza arquitectónica y poder emocional lo convierten en una visita obligada para cualquiera que visite la Ciudad del Vaticano. Por lo tanto, asegúrese de incluir esta obra maestra icónica en su itinerario cuando explore las maravillas de Città del Vaticano.
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