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Hay un lugar increíble y casi mágico en el departamento de Santander, en un pueblo llamado Guadalupe. Se encuentra a sólo cuatro horas de Bucaramanga, y a cinco horas de Bogotá en coche.
Este arroyo/riachuelo es una gema escondida, una atracción natural. Describir este lugar y ponerlo en palabras puede ser muy difícil. Las Gachas están hechas de formaciones rocosas que dejan espectaculares agujeros/cráteres por donde corre el agua cristalina. Siendo sin duda una gran obra de la naturaleza, se encuentra a 1460 metros sobre el nivel del mar y tiene una temperatura que ronda los 30 grados centígrados.
Fundada en 1717, Guadalupe es un pueblo pequeño y tranquilo, con casas pintadas de blanco y verde, que muestran hermosas macetas con flores colgando de las paredes exteriores. La plaza principal de la ciudad tiene alrededor de sesenta palmeras que la rodean y unos magníficos jardines. La iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, construida con infinidad de detalles y con piedra labrada, es considerada una de las iglesias más bellas del país. La economía de Guadalupe se basa principalmente en la agricultura y la ganadería.
La ruta más común para llegar desde Bogotá es a través de Oiba. Puedes tomar un autobús en Bogotá que cuesta alrededor de 10 dólares y tarda unas cinco horas - casi cualquier autobús con la ruta Bogotá-San Gil te llevará a Oiba también. Una vez en Oiba, hay camiones que salen tres veces por la mañana hacia Guadalupe, y un viaje de una hora y media cuesta alrededor de 3 dólares. Alternativamente, tome un autobús directo que sale una vez por día en la noche; cuesta aproximadamente 20 dólares y lo lleva a Guadalupe en 7 horas.
Desde Bucaramanga, hay un autobús que va a Guadalupe y sale una vez al día a la 1:30 pm; cuesta 10 dólares. También puede tomar un autobús a Oiba por el mismo precio o un poco menos, dependiendo de la época del año. Y luego elige uno de los camiones que van de Oiba a Guadalupe.
El camino empedrado hacia Las Gachas está bien señalizado, por lo que es fácil llegar caminando. También puede utilizar la ayuda de un mapa o una guía para llegar al arroyo si lo desea. Desde Guadalupe, se camina por la carretera hasta llegar a una gasolinera ubicada a la entrada del pueblo- allí se encuentra un letrero que indica el desvío a Las Gachas. El sendero está marcado y hay que caminar unos 40-45 minutos hasta llegar al arroyo. El paisaje a lo largo de la ruta es fascinante, y los pastos y cultivos lo rodean.
El clima en esta parte de Santander es siempre cálido, lo que la hace apta para visitarla en cualquier época del año.
Hay más de cien cráteres a lo largo del arroyo donde puede deslizarse, chapotear y sumergirse en los cráteres más profundos. Tienen diferentes tamaños y profundidades: algunos sólo caben en una persona, mientras que otros caben en más de cinco personas. La profundidad va de 1 a 7 metros. El color varía y el agua corriente toma el color de las rocas que atraviesa. Normalmente es de color rojizo, mientras que el agua que llena los agujeros/cráteres es verde y caliente. Si planea caminar sobre el agua a través de las losas, es aconsejable usar calcetines ya que estos son resbaladizos.
Este es definitivamente un lugar asombroso y único en el mundo. Parece como si fuera un lugar imaginario salido directamente de una de las historias de Gabriel García Marquéz, y realmente prueba que el concepto de que Colombia es una tierra de realismo mágico es correcto.
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