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Vea los últimos balleneros del mundo en la isla de Lembata

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Escondida entre otras pequeñas islas al este de Flores, Lembata se ajusta bastante bien al cliché de "paraíso tropical". Las playas son buenas para nadar, sin olas peligrosamente altas, el fondo marino está cubierto de jardines de coral, los volcanes (incluido uno actualmente en erupción) sugieren una aventura relativamente fácil, y las aldeas tribales conservan antiguas creencias animistas. Pero la razón por la que este pequeño trozo de tierra es bien conocido entre etnógrafos e investigadores es el asentamiento de Lamalera: la última comunidad de balleneros tradicionales legales del mundo.

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Balleneros de Lamalera

Si ya se está imaginando a trabajadores indiferentes masacrando a los pobres cetáceos potencialmente sapientes con la ayuda de maquinaria pesada, piénselo de nuevo. Incluso la obvia referencia a Moby Dick le servirá de poco: aquí es aún menos tecnológico y más sacral. Los habitantes de Lamalera son formalmente cristianos, pero el grueso de sus costumbres y creencias son únicas, endémicas e inevitablemente relacionadas con el mar. Afirman haber llegado aquí hace siglos en embarcaciones tradicionales de madera, a las que consideran vivas. El número de estas embarcaciones sagradas no puede cambiar: si una de ellas se hunde, se observa un ayuno de un mes en el pueblo, y luego se construye y bota una copia exacta de la embarcación perdida. Para la caza de ballenas sólo se pueden utilizar estas embarcaciones "vivas" y no se pueden poner en marcha motores en las cercanías. Las lanchas menos auténticas se emplean para el transporte ordinario y, a veces, para cazar mantarrayas y tiburones. Las capturas se realizan únicamente con arpones: están prohibidas las redes, las trampas e incluso las cañas de pescar.

Lamalera, Pulau Lembata
Lamalera, Pulau Lembata
Lamalera A, Wulandoni, Lembata Regency, East Nusa Tenggara, Indonesia
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Baleo

La palabra local para referirse a una ballena es "baleo". Si oye al capitán gritar esto desde la proa de su barco, considérese afortunado: ha avistado uno de los grandes mamíferos marinos. La caza ha comenzado. Los botes de madera, con 10 o 12 remeros y un arponero en cada uno, comienzan la persecución. Quedan exentos los terneros, las hembras preñadas y las ballenas que estén en juego de apareamiento. Por lo demás, es un juego relativamente limpio: un solo golpe de una aleta gigante puede destrozar la primitiva embarcación con pequeños monos calvos dentro. No todos los arpones, un simple astil de bambú con cabeza de hierro, penetran en la gruesa piel. Una importante ruta migratoria de cetáceos pasa cerca de las costas de Lembata, y las ballenas se ven a menudo, pero sólo se matan entre 5 y 10 al año para alimentar al pueblo de Lamalera.

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Aspectos prácticos

Hoy en día, los balleneros están acostumbrados a los occidentales curiosos y les prestan gustosamente un lugar en el barco, por una tarifa que bastaría para alquilar una lancha a motor durante un día, salvo que no se permite acercarse a las ballenas con ningún motor. Ni se le ocurra intentarlo si es propenso a marearse: las embarcaciones se tambalean sobre las olas en las tres dimensiones y posiblemente crean dimensiones adicionales sólo para tambalearse en ellas (al menos así se siente). La mayoría de los días no se ven ballenas, y aunque aparezcan, la mayoría de las veces los remeros no pueden seguir su ritmo. Es de esperar que los balleneros se conformen con grandes peces y algún que otro delfín. Si acaba participando en una cacería de ballenas, considérese extremadamente afortunado, extremadamente mojado y, si sale mal, extremadamente muerto. La temporada de caza de ballenas comienza en mayo y dura medio año.

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Otras atracciones

Lembata, densamente arbolada, está habitada por una interesante fauna, y el océano que la rodea es bueno para bucear, con muchos jardines de coral a baja profundidad. Las playas son tan buenas como las de cualquier lugar de Indonesia. La mayoría de las aldeas cuentan con algún toque étnico extraño: cráneos antiguos conservados, festivales animistas, etc., aunque ninguno es tan singular como los últimos balleneros del mundo. Los mercados tribales se reúnen los domingos en unos pocos lugares designados, uno de ellos a pocos kilómetros de Lamalera. Tradicionalmente, todo el comercio en estas ferias se realiza por trueque directo, sin dinero, pero si de repente se decide a comprar un machete o un racimo de plátanos, también se aceptarán sus rupias. Hay dos volcanes en Lembata y uno más, Batu Tara, en la cercana isla de Komba. La mayor parte del tiempo, al menos uno de ellos muestra cierta actividad. Actualmente, el mayor de los tres, Ile Lewotolok, está en erupción con un débil flujo de lava. Subir a ella debería ser bastante sencillo, simplemente una larga caminata de un día, si la erupción permite hacerlo con seguridad. Para llegar a Batu Tara, hay que alquilar una lancha desde uno de los pueblos pesqueros. La escalada no es demasiado técnica, pero es más difícil de lo que parece desde abajo.

Ile Lewotolok volcano, Lembata Island
Ile Lewotolok volcano, Lembata Island
Ile Lewotolok, Unnamed Road, Jontona, Ile Ape Tim., Kabupaten Lembata, Nusa Tenggara Tim., Indonesia
Batu Tara volcano, Komba Island
Batu Tara volcano, Komba Island
Indonesia

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El autor

Mark Levitin

Mark Levitin

Soy Mark, un fotógrafo de viajes profesional, un nómada digital. Durante los últimos cuatro años, he estado basado en Indonesia; cada año paso unos seis meses allí y la otra mitad del año viajando a Asia. Antes de eso, pasé cuatro años en Tailandia, explorando el país desde todos los ángulos.

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