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Esculturas únicas e impresionantes talladas en las rocas de granito del acantilado, a la orilla del mar agitado: definitivamente no querrá perderse esta joya escondida cuando visite Saint Malo.
The Carved Rocks of Rotheneuf
Chemin des Rochers Sculptés, 35400 Saint-Malo, FranceUn jardín de esculturas en la orilla del mar
En bicicleta o en coche, a pocos minutos en coche de las murallas a lo largo de la orilla del mar le llevará al punto de vista más asombroso, en Rotheneuf. Caminando por las rocas, te darás cuenta de que no estás solo: hombres y mujeres, caballeros, sacerdotes, perros, vacas e incluso un dragón de mar habitan las piedras que te rodean....
Es la obra de un sacerdote del siglo XIX, el Abbé Fouré, que también fue pintor y escultor de madera. A la edad de 55 años, Abbe Foure sufrió un derrame cerebral, que le dejó sin oído ni habla; como resultado, decidió retirarse como ermitaño en los acantilados de Rotheneuf. Pasó los últimos 15 años de su vida (aproximadamente de 1894 a 1910) moldeando el granito para crear más de 300 estatuas de rostros y personajes extraños y grotescos. El sacerdote se inspiró en varias fuentes: mitos religiosos, leyendas y cuentos paganos, pero también en los acontecimientos notables de su tiempo. Representó la historia del Rotheneuf, una familia local de pescadores que vivió en los siglos XVI y XVII. Se convirtieron en piratas y establecieron su dominio en la región al pasar de contrabando sobre la mayor parte de la Costa Esmeralda, reuniendo una inmensa fortuna (como dice la leyenda) antes de ser perseguidos durante la Revolución Francesa. El conjunto también cuenta con el explorador y navegante francés Jacques Cartier, así como con famosos santos bretones, como San Budoc.
Todas estas historias inspiraron al Abbé Fouré a crear este increíble jardín escultórico, que ocupa una superficie de 550 m2 y que permanece intacto hasta hoy, a pesar de los ataques de las olas furiosas y de las fuertes mareas que erosionan las esculturas. Los signos de desgaste progresivo sobre esas caras de piedra, dan aún más fuerza y misterio a su expresión, transmitiendo la belleza de la decadencia natural.
Visita
Encontrará las rocas talladas de Rotheneuf en el cabo situado entre las playas de Le Val y Le Havre, cerca del restaurante Le Benetin. La municipalidad de Rotheneuf decidió no promover este sitio único, principalmente debido a la necesidad de salvar el lugar de un flujo excesivo de turistas, lo que perjudicaría las esculturas. Esto hace de este pequeño acantilado uno de los mejores secretos ocultos de la Costa Esmeralda. Por supuesto, usted es muy bienvenido, pero los visitantes deben tener mucho cuidado mientras pasean entre las esculturas.
Para más información y horarios, consulte su página web oficial: https://www.saint-malo-tourisme.com/decouvrir/l-histoire/culture-et-patrimoine/patrimoine/les-rochers-sculptes-1567560
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El autor
Sarah Salem
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