Restaurante San Clemente

Históricamente, el humo simbolizaba la relación entre los hombres y la divinidad. Una vez quemados los peregrinos, en la cruz farrapeira los harapos con los que habían terminado el Camino, y establecida así la necesaria relación con las alturas celestes, se dirigieron a la actual Plaza de San Clemente para lavarse en su manantial y deshacerse de las impurezas que quedaban como consecuencia de su larga peregrinación a Compostela.

Hoy los peregrinos, siguiendo el rito antiguo, deben visitar la antigua plaza, ahora bellamente remodelada, que se encuentra a unos cientos de metros de la Catedral de Compostela, junto a un amplio aparcamiento que dará acceso a la ciudad histórica de Compostela.

En esa misma plaza, sobrevolando su terraza sobre el manantial hundido, se encuentra el Restaurante San Clemente. El "Sancle" para sus clientes habituales. Es el punto de encuentro, desde hace más de un cuarto de siglo, de profesores y estudiantes universitarios, políticos y empresarios que conocen la calidad de su cocina con pescados y mariscos procedentes de las lonjas de Riveira y Muros, pero también de la Costa da Morte, de cuyos acantilados se extraen los percebes más ricos de la tierra. Las carnes y verduras provienen de las tierras altas de Sober, cerca de Monforte de Lemos y los vinos no sólo de la Ribeira Sacra, besados por el río Sil, sino también de las más famosas bodegas gallegas y españolas.

Contemplando el agua, purificada el alma y bien alimentada la carrocería en el Restaurante San Clemente, el visitante puede acercarse a la catedral de Santiago de Compostela siguiendo un corto recorrido que comienza al pie de la plaza, a la izquierda de una bella escalinata de piedra, subiendo la dulce pendiente de la calle Rajoy, para acceder a la plaza del Obradoiro por otra escalera que permite obtener las más bellas y precisas fotografías de la fachada de la catedral.