Bodega y Cavas Weinert

Fue en 1977 cuando Bernardo Weinert adquirió una bodega llena de barricas envejecidas, una de las pocas bodegas urbanas que sobreviven en Mendoza. Un edificio funcional y cómodo para lo que fueron las añadas de antaño, que cumplen la función de grandes playas de recepción y elaboración de vinos, donde todo termina en enormes bodegas subterráneas, rodeadas de infinitos ladrillos, cuya temperatura permanece inalterable. Aquí es donde descansan los vinos de Weinert, dentro de colosales barricas de roble francés o de botellas estibadas.