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"El Palacio de la Magnífica Comunidad de Fiemme"
En el centro histórico de Cavalese se encuentra el majestuoso Palacio de la Magnífica Comunidad de Fiemme, una de las obras más representativas de toda la escena artística trentina, símbolo de las antiguas tradiciones de autogobierno y autonomía de la población local. El edificio nació en el siglo XIV como sede del vicario del obispo, encargado de recaudar impuestos y administrar justicia, y más tarde fue utilizado también como residencia de verano por los obispos del Trentino, que participaron en importantes campañas de expansión y embellecimiento de la estructura. Los más importantes fueron los dirigidos por Bernardo Clesio (1514 - 1539) y Cristoforo Madruzzo (1539 - 1567) que, entre 1537 y 1540, impulsaron un amplio programa de renovación del edificio que incluía el taller del artista Vicenza Marcello Fogolino ( 1480 - post 1548), polivalente, activo incluso en el Castillo del Buen Consejo y otras residencias del Trentino. Con la secularización del principado episcopal, el edificio fue confiado al gobierno bávaro, desde 1808, lo convirtió en una prisión. En 1850 el edificio fue adquirido por la Comunidad General de Fiemme con la intención de convertirlo en su sede institucional. Hoy en día la noble residencia, reabierta al público en julio de 2012, después de cinco años de restauración, es un museo. Su galería está formada por las pinturas de los más grandes representantes de la Escuela pictórica di Fiemme, activa entre mediados del siglo XVII y finales del siglo XIX en los principales centros de Europa, como Viena y Roma. El salón en el que nos encontramos es, históricamente, el más importante de todo el conjunto arquitectónico. El nombre de Salón de Jefes, o Salón de Audiencias, se refiere a la función de la corte secular; un lugar en el que el Vicario-Juez y la Junta de Jurados de Fiemme, presidida por Scario, administraba justicia. Bernardo Clesio prestó especial atención a los frescos de la sala conocida, también con el nombre de Salon Cles. Las pinturas, llenas de referencias al arte clásico y a las antigüedades, alcanzan, en esta sala, el pináculo del refinamiento formal y decorativo expresado, magistralmente, en cuerpos sólidos, masivos e intemporales de las innumerables figuras que pueblan las paredes. Los temas expresados por los frescos se refieren al vicio, que debe ser castigado, y a la virtud encarnada en las figuras del Príncipe Obispo de Trento y en los jueces de Fiemme.
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