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Existe una fuerte relación entre el Hotel Turín Palace y Turín. Una correspondencia que, desde su construcción en 1872, ha permitido al Hotel ser no sólo espectador, sino también protagonista de las transformaciones de la ciudad y sus cambios en el signo de la cultura, la política y el entretenimiento. Teatro de reuniones y comparaciones, sus salas y sus salones han visto a algunos de los principales intérpretes de la intelectualidad nacional e internacional que apreciaron la discreción, la privacidad y la elegancia natural. Guglielmo Marconi, como Arturo Toscanini, Pietro Mascagni como Maria Callas y Louis Armstrong, se enamoró de su innata exclusividad. Rendirse a su elegancia saboyana y recibir con cortesía y sobriedad no sólo a los jefes de Estado y a las cabezas coronadas -desde el Rey Carlos Gustavo de Suecia hasta la Reina Isabel-, sino también a artistas contemporáneos como David Bowie y Sting, Liza Minelli, Madonna y Mike Jagger, entre otros.
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