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Aunque hay mucho que ver y hacer en París, una de las experiencias más sorprendentes que ofrece París está fuera del centro de la ciudad. Los palacios de Luxemburgo, Versalles y Fontainebleau son ejemplos sorprendentes de propiedades reales espectacularmente opulentas e impresionantes (por orden de distancia de París).
Palacio de Luxemburgo
Esta extensa pero elegante finca se encuentra en el centro de París, en el sexto Arondissement, a sólo 15 minutos a pie de la Catedral de Notre Dame. Esta construcción de mediados del siglo XVII fue el hogar de María de Médicis (la madre de Luis XII y miembro de la poderosa familia Médicis con sede en Florencia). Ha servido como edificio del parlamento, tiene jardines masivos y hermosos y en su interior cuenta con una larga y decorativa Sala de Conferencias que está repleta de frescos y pinturas. Teniendo en cuenta que está tan cerca del centro de París, vale la pena visitarlo.
Palacio de Versalles
Versalles es un edificio llamativo, imponente y egoísta, pero es uno de los palacios más impresionantes del mundo. Asentada en su propio pueblo, construido para satisfacer los caprichos y necesidades de los monarcas franceses, Versalles se encuentra a unos 20 kilómetros del centro de París (fácilmente accesible en tren). El palacio tiene 67.000 metros cuadrados de oro, mármol y piedra - para que se haga una idea de la escala del palacio, hubo que crear una industria de tapices nacionalizada para poder cumplir con los requisitos.
Tuve la suerte de conseguir entradas para ir a ver una actuación de ballet en la Ópera Real, lo cual es una experiencia increíble.
Palacio de Fontainebleau
Este palacio menos conocido se encuentra a unos 60 kilómetros de París (de nuevo fácilmente accesible en tren) y antes de ser Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y museo que es hoy en día, fue el hogar de una gran variedad de la realeza y la nobleza francesa y también un refugio de caza. Incluso hay un dormitorio creado para Napoleón a principios del siglo XIX, aún decorado y expuesto.
No se pierda el Jardín de Diana en la parte posterior del palacio, que era el jardín privado real. También está el estanque de carpas, que es al menos tan grande como 4 campos de fútbol, y numerosas grutas, jardines y canales alrededor de los extensos terrenos.
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El autor
Joe Thorpe
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