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En la plaza más bella y tranquila del casco antiguo de Hervás, presidida por el antiguo Convento de los Trinitarios Descalzos, destaca una casa señorial de mediados del siglo XIX, de líneas limpias y simétricas que dan un aire de elegante sencillez y armonía. En su restauración ha respetado la arquitectura original del edificio y la amplitud de sus habitaciones y pasillos. Ha rescatado el esplendor de los gruesos muros estructurales de piedra, la carpintería de madera de sus muros interiores, las vigas de los techos de castaño, el mobiliario original así como un sinfín de elementos que la casa conservó desde su construcción, como puertas, cerraduras, herrajes o azulejos.
Orientada al sur, aparece una afortunada zona de paz y meditación que combina un huerto ecológico y un espléndido jardín abierto a bosque de montaña y jardín ornamental con setos de boj centenarios que definen el trazado geométrico de sus paseos.
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