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La arquitectura socialista últimamente atrae la atención del público más que nunca. La razón principal es el hecho de que, incluso décadas después, los objetos que representan este estilo siguen siendo "vanguardistas y futuristas". Líneas claras marcan deliciosamente los edificios de esta ola. Todo comenzó entre 1932 y 1988 en la Unión Soviética, y se extendió por más países durante el tiempo en que Yugoslavia y Bulgaria se enfrentaron al comunismo. Hoy en día, todavía podemos admirar algunos de los monumentos arquitectónicos más significativos de esta época. Siguiendo la ideología del socialismo, algunos de los elementos a menudo celebrados a través del arte son la juventud, la luz solar, la unidad, la industria y la nueva tecnología.
Es por eso que muchos de los objetos de esta era parecen máquinas. Este estilo no cree en una estética pura; la función es necesaria. La arquitectura encaja perfectamente en este concepto. Junto con el monumento de Buludza, el Hotel Rodina en Sofía y un edificio de teatro en Sliven, les presento ahora el monumento "1300 años de Bulgaria", situado en Shumen.
Un poco sobre Shumen
Shumen es una ciudad en la parte occidental de Bulgaria. Se dice que tiene más de 3200 años y su nombre proviene de "Shuma", que significa bosque. En el himno de la ciudad, se puede ver una línea que señala el hecho de que la existencia de Bulgaria comienza desde aquí.
En memoria de todos los que contribuyeron al levantamiento de Bulgaria, hay un monumento construido en una meseta sobre la ciudad. A este monumento se puede acceder a pie a través de una larga escalera y en coche. Si decides caminar, prepárate, subirás hasta una altura aproximada de 300 metros. Desde aquí arriba, si logras cambiar tu enfoque del magnífico monumento construido en 1981 en estilo cubista, podrás disfrutar de la vista panorámica de la ciudad. Los autores son los escultores búlgaros Krum Damyanov e Ivan Slavov. Han creado una escultura atemporal, visible a 30 km de distancia. El monumento celebra a todas las personas importantes que desempeñaron un papel en el desarrollo de la existencia de los búlgaros.
El contraste entre los coloridos mosaicos y su hormigón monolítico, así como la combinación de la superficie lisa con sus expresiones cubistas, harán sin duda que la visita de esta joya arquitectónica sea extremadamente memorable.
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El autor
Zlata Golaboska
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