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Es seguro decir que Norcia, así como muchas otras ciudades en Umbría y en Italia central, ha sido tocada pero no transformada por el desarrollo y la industrialización. Los visitantes que lo alcancen encontrarán un ambiente tranquilo y antiguo mientras deambulan por los callejones y visitan las numerosas y encantadoras iglesias. Aunque estos rasgos pueden parecerse a los de otras ciudades cercanas, hay, al menos, dos aspectos que hacen que esta tranquila ubicación sea orgullosa y relevante: La historia (religiosa) de Norcia y su gastronomía tradicional, especialmente sus embutidos.
La historia de Norcia comienza en el siglo V a.C. cuando los Sabines se establecieron aquí desarrollando una sociedad "moderna". Luego se convirtió en un aliado del Imperio Romano durante la Segunda Guerra Púnica después de que las tropas romanas conquistaron a principios del siglo III a.C. Después de la caída del Imperio Norcia fue saqueada varias veces y luego definitivamente conquistada por los lombardos y puesta bajo el control del Ducado de Spoleto. Durante el siglo XII la ciudad ganó una especie de autonomía del Estado Pontificio, logrando aumentar su fuerza política y económica hasta que un catastrófico terremoto (uno de los muchos en la historia de Norcia) frustró sus ambiciones. Una de las razones por las que la ciudad alcanzó un cierto nivel de prestigio fue su estrecha relación con la importante orden benedictina; su fundador (Benedetto), de hecho, era de aquí y aquí es donde se desarrolló la orden y donde sus seguidores vinieron a vivir por su filosofía, "ora et labora", orar y trabajar.
Lo que hoy en día pone a Norcia en el mapa es su producción de embutidos únicos. Esta destreza se fue desarrollando a lo largo del tiempo; sus habitantes eran conocidos por su habilidad para utilizar y procesar carne de cerdo incluso en la antigüedad y, cuando se veían obligados a emigrar por razones económicas, exportaban con orgullo estos conocimientos. Una vez en Norcia, ir de compras en alguna Norcinerie es sin duda una necesidad. El producto más conocido es el "Prosciutto di Norcia", un jamón de dos años que poco tiene que ver con otros famosos jamones italianos, como el de Parma, por su sabor más fuerte y salado. El Prosciutto, sin embargo, no es la única delicia que ofrece la gastronomía de Norcia, así que mi consejo es que empaques y vayas a probar por ti mismo!
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El autor
Federico Spadoni
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