Lugares de interés únicos al sur de Mae Sot

La ciudad de Mae Sot, en el extremo occidental de Tailandia, en la frontera birmana, solía ser la puerta clásica de Myanmar para los viajeros por tierra. Hoy en día, con la Junta de nuevo en el poder y las normas retrotraídas al estado anterior a 2016, las fronteras terrestres birmanas están cerradas a los extranjeros, pero la cercanía de Mae Sot sigue justificando el viaje hasta aquí. La ciudad cuenta con bonitos mercadillos llenos de productos de contrabando procedentes de Myanmar y templos de estilo tailandés, chino y birmano. Pero los lugares realmente únicos se encuentran sobre todo al sur de Mae Sot, camino de Umphang.

Cueva Azul

No exagero: muchas cámaras de esta cueva son de un azul impresionante. La iluminación eléctrica amarilla diluye un poco el color, así que asegúrese de ajustar el balance de blancos al fotografiar el interior. La cueva no es muy grande y tiene pocos espeleotemas, pero las paredes azules rayadas la hacen única. Unos cuantos nichos naturales están ocupados por imágenes doradas de Buda -bueno, es Tailandia, vete a buscar una cueva aquí sin un Buda dentro- y el dorado parece especialmente contrastado sobre este fondo. La infraestructura es mínima, pero el suelo parece haber sido plano incluso antes de que se nivelara, lo que facilita el paseo subterráneo.

Blue Cave, Mae Sot

Unnamed Road JP27+X22, Tambon Mahawan, Amphoe Mae Sot, Chang Wat Tak 63110, Thailand

Cascada de Thararak

La zona que rodea Mae Sot es bastante montañosa, lo que proporciona la pendiente necesaria para un gran número de cascadas. Algunas son preciosas, otras aburridas, pero Thararak destaca (literalmente) en un aspecto: por alguna razón, se precipita desde el extremo de un escarpado promontorio. Normalmente, las cascadas se encuentran en el interior de los barrancos, tallados en el lecho rocoso durante milenios. Donde se ve una curva cóncava en un acantilado, se encuentra una catarata, pero no saltando de un afloramiento convexo. Junto con la Cueva Azul, hace sospechar que la naturaleza eligió esta región para experimentos artísticos, y al diablo con cosas aburridas como la física. Los terrenos bajo Thararak han sido urbanizados, con un estanque para nadar y un montón de cafeterías. A la cima de la cascada se accede por unas empinadas escaleras metálicas; para llegar directamente a las cataratas desde abajo, hay que remontar un pequeño arroyo (muy fácil, pero húmedo).

Thararak Waterfall, Mae Sot

HM9V+RRF, Mahawan, Mae Sot District, Tak 63110, Thailand

Granjas de caléndula

No exactamente únicas, pero sí muy fotogénicas, son las granjas de caléndulas situadas a ambos lados de la carretera que va de Mae Sot a Khirirat. Los trabajadores son en su mayoría birmanos, con la cara cubierta de thanaka, polvo cosmético tradicional de Myanmar, también eficaz como protector solar. Las caléndulas se utilizan para las ofrendas de los templos en muchas ceremonias budistas, y su demanda es alta. La mejor época para visitarlo es alrededor de enero, cuando florecen las caléndulas y los trabajadores las cosechan, clasifican y empaquetan. Montones de flores de color naranja brillante manipuladas por familias enteras, viejos y jóvenes trabajando juntos, son tan buenas para la fotografía cultural como cualquier otra cosa a este lado de la frontera birmana.

Aspectos prácticos

Los lugares de interés -los mencionados anteriormente, y muchos más, menos singulares pero que merecen una visita- se extienden a lo largo de la autopista que conduce al sur de Mae Sot, a grandes distancias unos de otros. No hay forma de recorrerlos en un periodo de tiempo razonable en transporte público. Hacer autostop sería de gran ayuda, pero lo más práctico sería alquilar una moto. Si no se conduce, tiene mucho más sentido alojarse en algún punto de esta carretera y explorar la zona desde allí, sin tener que volver a la ciudad.

Hay moteles de carretera, resorts naturales y campings; la ciudad de Mae Sot, si se opta por más comodidad y variedad, ofrece todo lo que se puede esperar de una moderna capital de provincia: desde villas de bonito diseño hasta bungalows básicos pero confortables. Incluso hay un camping en los terrenos de una comuna hippie: por un precio simbólico, podrá sumergirse en la sencilla vida de los librepensadores epicúreos locales (y en las nubes del típico humo verdoso, ahora que es legal en Tailandia).